Jaque mate
06/04/2020 2022-02-15 17:32Jaque mate
Hoy ha sido un día maratónico. Se me presentaron tres casos que tenían el mismo matiz.
“Me siento atacada por otro” y esto hace que mi vida sea desdichada.
Si partimos de la premisa de que el otro es solamente un reflejo de quien soy yo, si quito
de la circunstancia al que tengo delante me quedo con la experiencia, pero sin la persona
o situación a la que hacer responsable, más que mi misma. En otras palabras, lo que
atraigo a mi vida es para poder solucionar mis conflictos inconscientes.
Puede sonar crudo, o hasta irritante, porque entiendo que, si yo no tengo a quien culpar,
mi dedo acusador se volverá hacia mí. Y eso sólo serviría para entrar en un círculo vicioso
de, si me toca o no, hacerme cargo de un determinado porcentaje de la responsabilidad
del conflicto. Y así me meto en el típico laberinto quejoso y sin sentido para perderme en
mis propios argumentos que, no solo no me suman, sino que me dividen en miles de
pedazos con identidades distintas.
Me dijeron, con palabras diferentes, pero con argumentos similares, el “otro” me está
haciendo vivir una situación complicada, estresante, triste, agobiante, desgastante,
amargante, da igual el adjetivo, lo importante es que el “otro” es un simple títere vibrando
en una frecuencia que tú atraes para que puedas trascender experiencias con emociones
enquistadas en algún momento de tu vida. Entiendo que esto pueda ser un poco
enredoso, pero es más simple de lo que parece. Lo que pasa es que tomar esto en
consideración me pone en una posición de jaque mate respecto a mi rol de víctima. Ya no
puedo quejarme de la acción del otro porque estaría reconociendo que el otro solo está
ahí para que yo pueda verme.
Dejemos a un lado la culpa y tomemos nuestra responsabilidad, así nos permitiremos
crecer y evolucionar.
Volviendo al espejismo de creer que lucho contra molinos de viento, cuando el “otro” me
acorrala soy yo la que me vivo acorralando, cuando me critican solo me muestra lo crítica
que estoy siendo conmigo, cuando me muestran falta de amor o falta de respeto sería un
buen momento para mirar cómo me estoy tratando a mí misma o de qué manera no me
estoy respetando.
En los tres casos de hoy hay dos opciones claras, por un lado, puedo delegar mi poder al
otro de que gobierne mi vida, asumiendo en este caso que renuncio a mi valor y me
someto a la voluntad ajena, o decido conducir mi vida con dignidad, eligiendo desde el
amor y honrando a quienes me han dado la vida, para que haga de ella lo único a lo que
he venido a este mundo, a ser feliz.